Marcela Rocha es, por la mañana, secretaria de la Escuela N°100 de Añelo y, por la tarde, tiene un cargo de integración de débiles mentales del anexo especial del establecimiento. Desde su función, calificó como “muy buena iniciativa” el programa “Salud Ocular infantil en Añelo y Sauzal Bonito” generado en conjunto entre Fundación Baylor Argentina y Tecpetrol, que cuenta con el aval y la participación del Ministerio de Salud de Neuquén. Se trata de controles oftalmológicos a niños de preescolar y primaria de Añelo y Sauzal Bonito y la posterio provisión de los anteojos para aquellos niños que los necesiten y no cuenten con cobertura médica.

“Me parece una muy buena iniciativa, especialmente para esta localidad que está muy distante y que muchos papás son de escasos recursos económicos y no tienen movilidad propia para llevarlos hasta la capital de la provincia”, explicó.

Los controles oftalmológicos para los niños son esenciales para la detección temprana y la prevención de la pérdida de visión en los niños más pequeños. Se estima que entre el 15% y el 20% de los niños en edad preescolar tendrán dificultades que, de no ser tratadas, podrán interferir con el adecuado desarrollo visual e intelectual.

“Acá tenemos varios casos, algunos más graves. Todos tuvieron un buen seguimiento, tanto los alumnos de la primaria como los del anexo especial. Aquellos chicos que eran casos más severos, pudieron ser llevados a hacer estudios más específicos”, ejemplificó Rocha.

La secretaria de la Escuela N°100 graficó la importancia de estos controles y su estrecha relación con el aprendizaje y el desarrollo intelectual. “Tuvimos un caso de un niño que notamos en el aula que no veía. No podía escribir y su familia no lo había notado. El chico fue avanzando en el jardín y en los primeros grados pero no aprendía. Y el problema era que no podía ver. Afortunadamente, ahora fue detectado y gracias al programa va a tener sus lentes. Esto significa que va a estar en la misma situación y condición que los demás alumnos que tienen una visión acorde a la edad y pueden aprender normalmente. Ya nada le va a impedir escribir, leer, reconocer las vocales y hasta su propio nombre”, relató. También relató el caso de una alumna cuya familia es de bajos recursos económicos y que no contaba con movilidad para poder atenderla en Neuquén. “Esa nena ya tiene sus lentes ahora y tiene un seguimiento de su situación”, explicó.

Marcela Rocha is, in the morning, a secretary at School No.100 in Añelo and, in the afternoon, she works with the mentally disabled and their integration, in a special area of the school for that purpose. From her position, she considered the “Child Eye Health” program in Añelo and Sauzal Bonito as a “very good initiative”. This program has been jointly generated by Fundación Baylor Argentina and Tecpetrol, and is sponsored by the Health Department of Neuquén that also participates in it. The program includes ophthalmological controls on pre-school children and primary school students in Añelo and Sauzal Bonito and the provision of glasses for those children with a prescription and with no medical coverage.
“I think it is a very good initiative, specially for this location that is far away and where many parents have no resources or have no mobility to take children to the capital city of the province”, she explained. Ophthalmological controls for children are essential for the early detection and prevention of sight loss in younger children. It is estimated that between 15% and 20% of the children in pre-school age might present conditions that, if untreated, might interfere with their adequate visual and intellectual development.
“We have a lot of cases here, some more serious than others. All had a good follow-up, both primary school students and those in the special area. Those children with more severe conditions were referred to have more specific studies conducted”, said Rocha.
The secretary of School No.100 stated the importance of these controls and its close relationship with learning and intellectual development. “We noticed a case of a child who couldn’t see well in the classroom. He couldn’t write and his family had not noticed it. The child was moving forward in kindergarten and first grades but he didn’t learn. The problem was he couldn’t see.
Fortunately, he was diagnosed and thanks to the program he is going to have his glasses. This means he is going to be on an equal position and with equal opportunities to the rest of the students with the same age and good sight to learn normally. Nothing is going to prevent him from writing, reading and recognizing vowels and even his own name”, she told us. She also narrated a case of a student coming from a low-end family with no mobility to be transported to Neuquén to be seen. “That girl now has her glasses and her case is being followed up”, she explained.