José Miguel Secco es médico y trabaja en el hospital de Añelo, es venezolano y llegó al país hace casi dos años junto a tres familiares en busca de una vida mejor. Destacó la articulación y convivencia del sistema de salud público con el aporte de la Fundación Baylor Argentina.

Cuando llegó a la terminal de Retiro, hace dos años, pidió un pasaje para alguna ciudad de Río Negro porque había leído que buscaban médicos. En ese momento, la persona que le vendía el boleto le recomendó Neuquén. “Ella escuchó nuestra historia y nos dijo que mejor vengamos a Neuquén, que era una provincia mucho más grande y desarrollada. En ese momento, nos miramos los cuatro las caras y no dudamos”, cuenta José Miguel.

Durante los primeros tiempos en la Provincia, vivieron en hoteles y residencias y José trabajó de mozo, de albañil y hasta vendió panchos en un parque de la ciudad. “Lo hice durante un año. Mientras, inicie el tramite para validar mi título de médico de Venezuela en Argentina. Cuando lo conseguí, ingresé al sistema público de Salud y fui asignado al hospital de Añelo. Acá conocí el trabajo de la Fundación”, relató.

Contó que le sorprendió el trabajo articulado entre la Fundación Baylor Argentina y el sistema público de salud. “En Venezuela trabajé para dos centros privados y uno público. Jamás me hubiese imaginado que podía darse algo así porque durante la experiencia que tuve en mi país eran casi nulos los vínculos entre ambos sectores. Esto favorece mucho a la localidad”, contó.

“El hospital de Añelo es de categoría III,gracias a la Fundación, tenemos atención de especialistas y eso no sólo nos favorece a nosotros como profesionales sino a la comunidad entera”, indicó.

José Miguel también destacó el sistema de capacitaciones que llevan adelante los especialistas de la Fundación Baylor. “Quiero destacar especialmente la calidad humana y el profesionalismo de los profesionales de la Fundación. Y, como médico, me permite estar actualizado y evitar traslados, más en estos tiempos de pandemia”, dijo.